La sanadora rosarina Leda Bergonzi, reconocida por la Iglesia Católica por sus dones milagrosos de sanación, finalmente llegó a Caleta Olivia tras la cancelación previa debido a cuestiones climáticas que azotaron la Patagonia. Bergonzi, quien tiene la habilidad de «percibir el sufrimiento en las personas» y «aliviar sus heridas» mediante la oración y la imposición de manos.
«Es la primera vez que visito Caleta Olivia y fuimos muy bien recibidos. Estamos aquí para servir a Dios con un equipo de personas dedicadas», comentó Bergonzi. Ella aclaró que su labor no es reciente, sino que lleva más de una década trabajando en diversas misiones. «Hace 11 años comenzamos este camino, y aunque hace dos años se hizo público, hemos estado trabajando en silencio por mucho tiempo».
Leda Bergonzi insistió en que no busca protagonismo personal, sino que su objetivo es que las personas encuentren a Dios a través de sus encuentros. «Si bien algunos vienen a verme a mí, se llevan a Dios, se llevan el Espíritu Santo. Esto es lo que realmente queremos, porque lo que hacemos es adorar a Dios”, explicó.
La sanadora explicó los malentendidos en torno a su figura. «Me han llamado ‘sacerdotisa’, pero ese fue un término mal empleado. Soy simplemente un instrumento de Dios. El obispo ha reconocido mi carisma de sanación y liberación, y la Iglesia me acompaña en esta labor».
La llegada de Bergonzi ha movilizado a fieles y vecinos de Caleta Olivia y áreas circundantes, incluyendo visitantes del vecino país de Chile. Los tickets para verla se agotaron rápidamente, lo cual generó cierto pesar en Bergonzi. «Me da lástima que algunos no puedan asistir, pero les invito a traer fotografías de sus seres queridos para recibir la bendición. Dios no tiene límites de espacio ni tiempo», afirmó.
Para aquellos que no puedan asistir en persona, el evento será televisado, permitiendo a los fieles participar desde sus hogares. Bergonzi animó a todos a buscar a Dios en sus vidas diarias y unirse en oración durante el encuentro. «Dios está en cada uno de nosotros, y mañana todos clamaremos por este lugar, por cada vida y cada historia. Busquen a Dios y recen, estaremos unidos en esta experiencia.»
La sanadora agradeció todos, destacando la calidez del intendente Pablo Carrizo y de la comunidad local. «Gracias a todos por recibirme con tanto amor. Somos una iglesia en movimiento, y necesitamos recibir y apoyar a los que llegan. Que Dios los bendiga a todos», concluyó.